Segons Indro Montanelli, Història de Roma:
(...) el primer gesto de Antonino emperador fue ingresar su inmensa fortuna en la caja del Estado. A su muerte, su patrimonio personal estaba reducido a cero y el del Imperio se elevaba a dos mil setecientos millones de sestercios, cifra jamás alcanzada. Llegó a este resultado gracias a una administración juiciosa, pero sin tacañerías. Revisó y redujo el programa reconstructivo de Adriano, pero no lo revocó. Y por cada gasto, hasta por los más insignificantes, pedía autorización al Senado a quien rendía cuentas al céntimo. Siempre con su consentimiento, llevó adelante la reordenación. Por primera vez, los derechos y los deberes de los cónyuges fueron equiparados, la tortura casi enteramente abolida y la muerte de un esclavo declarada delito.
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